De pronto me parece que me pesa la vida.
Se me apagan las rosas,
se oxidan las camelias
mojadas por mis lágrimas que quise, sean caricias.
De pronto me aparece la luna apelmazada,
entre lucero ausente
y aire que se ahuma
revolcando a esta alma entre alambres de púas.
Regresan revoltijos de recuerdos pasados
que estaban enterrados, o al menos yo creía.
Llegaron galopando de nuevo en esta espalda
encallada, partida, que ya ni siento mía.
Bailando entre las llagas que abrieron, algún día.
Canto mi marcha fúnebre aunque se que estoy viva
¡Se hace mi verso tan triste, desabrido,
en esta tarde triste de llovizna y esquirlas!
Aunque sigue la vida su baile cotidiano,
hoy me pesa la vida
Y me lastima… entre una luna seca, desabrida.
Ay,Nechi...cuánto dolor. Cuando llegan esos días (porque llegan,no?)todo lastima; el día que amanece, la obligación en que debes ocuparte, inclusive la felicidad de otros...el alma cruje, sin sentido, vacía...
ResponderEliminarLo expresas con el alma en la mano.
Me traspasaron tus palabras.
Te abrazo, como abrazo a esta hablante dolida.
Desde Chile, mis besos también.
Maritza, uno se cae y se levanta, mucho más fácil cuando tiene o siente a gente tan linda como vos cerquita!!!!!!!! Un beso grande, agradecido como siempre
EliminarYo creo que anda de pesada con todos...
ResponderEliminary si, sobre todo cuando jugamos a ser "HUMANOS". Gracias y besitos
EliminarApreciada Nechi, me gustó mucho tu poema "Hoy me pesa la vida"...¡vaya! el sentimiento contenido en él atravesó la férrea y helada cordillera de los Andes.
ResponderEliminarLa vida efectivamente pesa, no existe "levedad del ser"; pesa la tristeza, pesa la pena y pesan los refucilos de felicidad.
Besos,
AliEnSuPropioPaís
Besos Ali y que sigas en TU propio país...gracias por visitarme, te aviso por correo cuando suba algo nuevo.
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